jueves, 21 de febrero de 2008

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EL PAÍS, jueves 14 de febrero de 2008
La UE da vía libre al empleo de nanopartículas en los alimentos La Comisión renuncia a legislar esta tecnología en aras de la investigación
El futuro de los alimentos es inmensamente diminuto. Como un átomo. Todo lo que comamos en
los próximos años tendrá que ver en algún momento de su proceso con la ciencia que lidia con esa
escala, la nanotecnología. Esta ciencia permitirá manipular y controlar los materiales al nivel
de átomos y moléculas para, por ejemplo, envasar productos y preservarlos más tiempo; para hacerlos más resistentes al calor y a la contaminación microbiana y detectar bacterias; y quizás también para alterar la textura y el sabor de lo que guardamos en la nevera.
Pero este futuro, lleno de incertidumbres, también genera miedos. Durante los últimos meses,
la Comisión Europea ha estado debatiendo con expertos y científicos de distintas ramas si
era necesario regular las aplicaciones de la nanotecnología en los alimentos. Algunos consumidores, como los de la Organización de Consumidores y Usuarios de la Unión Europea (BEUC), solicitaron nuevas leyes para poner límites a una investigación que básicamente plantea una pregunta: ¿Qué riesgos plantean esos nanomateriales para el medio ambiente y la salud del hombre? Nadie tiene esa respuesta. Así que la Comisión Europea ha decidido no regular sobre el tema y resolver esa pregunta con la declaración de un básico código de conducta.
En la práctica, supone dar vía libre a las empresas que emplean esta emergente tecnología. Los principios del código son elementales y previsibles y se centran en sugerir a los investigadores
que sean precavidos y éticos para no dañar el medio ambiente o la salud. Andreu Palou, vicepresidente de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), explica que no se puede establecer todavía ninguna regulación al respecto.
“Las preocupaciones que se han planteado se manejan en el plano hipotético. Legislar cuando
no ha habido todavía noticia de riesgo sería poner trabas a la investigación. Pero podemos plantear esas inquietudes, reflejadas en el código de conducta y que serán tratadas en un documento que ha encargado la EFSA y que saldrá en julio”, comenta. Algunos consumidores no están de acuerdo y exigen más reglas.
“Los códigos de conducta voluntarios no son la solución en un área tan controvertida y sensible.
La falta de ambición que se esconde tras estas medidas son patentes”, señala un portavoz del
BEUC, que avala su opinión en las conclusiones alcanzadas por la Academia Británica para la
Ciencia y la Tecnología, que hace poco denunció la alarmante falta de información sobre la seguridad de los nanomateriales. Los consumidores europeos defienden la exigencia de etiquetados que adviertan del uso de nanomateriales y prohibir aquellas nanopartículas nocivas para el ser humano. Para algunos expertos, eso sería poner la venda antes de la herida.
El presente de nanotecnología en todo lo que tiene que ver con la alimentación no parece preocupar demasiado. Los investigadores han conseguido fabricar envases menos pesados, aislantes y protectores de la corrosión, como la botella de la cerveza Coronita,
o sartenes con materiales más antiadherentes.
El resto, el futuro, está todavía en pañales. Pese a los miedos de los consumidores, muchas de las aplicaciones que ahora se están estudiando van dirigidas precisamente a resolver algunos problemas de la salud.
Lo más inmediato por ahora se centra en el empaquetado de los alimentos para preservarlos más tiempo y hacerlos más resistentes al calor y a la contaminación, mediante envoltorios especialmente tratados para que sean antibacterianos.
El uso de nanosensores para detectar alimentos en mal estado o caducados vendrá después. Más lejos en el tiempo, se plantea la posibilidad de utilizar nanocápsulas que suministren lo que se desee (medicinas, nutrientes, complementos dietéticos) en el órgano del cuerpo adecuado.
Fuente: Fundación IMDEA Nanociencia.
Aplicaciones de la nanotecnología en los alimentos
AGRICULTURA La nanotecnología es el estudio, desarrollo y procesado de materiales, dispositivos y sistemas con dimensiones a escala molecular y atómica, inferior a 100 nanómetros (1 nanómetro es la milmillonésima parte de un metro). Sus aplicaciones, en el campo de la alimentación, se centran en desarrollar nuevos envases y alterar algunas propiedades de los alimentos.EL PAÍS• Crecimiento controladode hormonas.• Nanosensores para detectar enfermedades en plantas y animales.• Nanosensores para controlar las condiciones del suelo y el crecimiento de las cosechas.• Nanocápsulas para generar vacunas.PROCESAMIENTO DE ALIMENTOS• Nanopotenciadores del sabor.• Nanoparticulas para controlar la viscosidad de los alimentos.• Nanoparticulas para detectar virus en los alimentos.ENVASADO• Anticuerpos adheridos a nanoparticulas fluorescentes para detectar aditivos químicos y enfermedades.• Nanosensores biodegradables para controlar la temperatura, humedad y conservación de los alimentos.• Nanopelículas para evitar la absorción de oxígeno.• Nanosensores electroquímicos para detectar alcohol.SUPLEMENTOS ALIMENTARIOS• Polvos para incrementar la absorción de los nutrientes.• Nanogotas que contengan vitaminas para una mejor absorción.• Nanocápsulas para controlar la estabilidad de los nutrientes.• Nanopartículas para llevar hasta las células humanas los nutrientes sin afectar al color y al sabor de los alimentos.Manipulación con nanotecnología. / raimon solà
Bruselas alerta de la entrada de arroz transgénico de China

La exportación de arroz a la Unión Europea por parte de China está en entredicho.
La Comisión de Sanidad de la UE ha emitido un comunicado en el que advierte contra un tipo de arroz, el llamado Bt63, un producto ilegal en los Veintisiete. Este cereal ha sido modificado para incorporar un gen que le confiere protección contra una plaga (el taladro). Las variedades transgénicas han sido encontradas en Francia, Alemania y Reino Unido. Un portavoz de la Agencia Española de SeguridadAlimentaria afirmó ayer que no había “recibido ninguna alerta”.
Según la Comisión, el arroz Bt63 fue detectado por primera vez en septiembre, pero en lo que va de mes se han encontrado nuevas partidas, pero insiste en las precauciones. La Comisión Europea señala varios responsables de la situación: el primero, el Gobierno chino, que debe
certificar que el arroz que exporta a La Unión está libre de esta variedad. Luego están las autoridades de cada país, que deben “controlar las importaciones en sus fronteras” para impedir que estos alimentos lleguen al mercado. Además, “deben hacer controles de los productos que ya
están en el mercado”. También los importadores de arroz son responsables de la entrada de productos no permitidos en la UE.
Aprobación caso a caso Según la normativa comunitaria, los productos modificados enéticamente deben aprobarse caso a caso. Actualmente, sólo está permitido el cultivo de una variedad, el
maíz Bt (las iniciales coinciden porque protegen contra la misma plaga).
La organización ecologista Greenpeace ha recordado que no es el primer caso de un arroz transgénico que entra ilegalmente en la UE. En 2006, la empresa Ebro Puleva —que controla el 30% del mercado— tuvo que suspender importaciones de Estados Unidos porque tenían otra variedad de arroz transgénico, el LL601. En la lista de países afectados que hizo la ONG no figuraba España.
La decisión es una muestra de los problemas que plantea la introducción de transgénicos en la UE. A pesar de los estudios de seguridad realizados, el Gobierno francés acaba de aprobar el veto al
maíz modificado. Pero la Comisión mantiene su postura abierta. El martes propuso que se aprobara un tipo de soja y otro de algodón.
E. DE B., Madrid
ÁLVARO DE CÓZAR
Madrid

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