lunes, 2 de junio de 2008

Conflictos Santamaria-Adrià: los problemas de la neogastronomía son otros

Comunicado de prensa Bra (Italia) 30/05/08
Carlo Petrini, presidente internacional Slow Food:
«Desde el extranjero, el conflicto que ha visto envueltos a dos grandísimos e indiscutibles genios de la cocina española, Santi Santamaria y Ferrán Adriá, parece ante todo la típica forma de dañar la propia imagen. Es triste. Estamos ante aquellos en los últimos años han contribuido a hacer de España uno de los países más interesantes desde el punto de vista de la alta gastronomía y, sin entrar en el mérito personal de cada cual, cabe decir que, en efecto, nos hallamos ante dos estilos distintos, pero también ante dos tipos de investigación de notabilísima importancia para la cultura gastronómica, no sólo española, sino internacional.Más que nada extraña que nos tengamos que encontrar discutiendo sobre estas cosas, de los distintos planteamiento de la haute cuisine, mientras una crisis alimentaria de dimensiones inéditas hace estragos en el planeta llegando a condicionar hasta nuestra dieta cotidiana y doméstica del rico y opulento Norte del mundo. Los precios de los alimentos crecen parejos al del petróleo, millones de campesinos en el mundo sufren la crisis y en los países más pobres se desencadenan protestas y manifestaciones contra el encarecimiento de los alimentos. El sistema global alimentario es, además, cada vez más insostenible desde el punto de vista medioambiental.No creo que esta discusión, en verdad inútil y estéril, conlleve beneficio alguno, no sólo para la imagen gastronómica de España, sino para las dificultades que puedan tener los propios campesinos españoles o, como mínimo, aquellos que intentan producir bien ­en sintonía con las tradiciones y el medioambiente­ las materias primas que luego terminan en los restaurantes, tengan o no estrellas. El debate debería trasladarse al hecho real de que España es la puerta europea de entrada de los productos transgénicos (OGM), que tan abundantemente se cultivan dentro sus fronteras. ¡Eso sí que merece realmente atención!»

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