jueves, 17 de enero de 2008

Cittaslow

En España ya son varias las ciudades que cuentan con el reconocimiento de ciudades lentas: Mungia, Pals, Palafrugell, Begur, Bigastro, Lekeitio, Rubielos de Mora, Pozo Alcon

“Slow” para vivir mejor

Para realizar lo que en tiempos de “fast”, de velocidad paroxística y de productividad competitiva parecen utopías, los alcaldes de algunas ciudades se asociaron entre ellos y con “slow food” para realizar un gran proyecto que se llama “Cittaslow”.
Desde octubre de 1999 cuando, gracias a la idea de Paolo Saturnini, en aquel entonces alcalde de Greve in Chianti, se fundó la asociación, con los alcaldes de otros pueblos como Bra, Orvieto y Positano y la colaboración de Carlo Petrini, padre de “slow food” el movimento creció hasta comprender hoy en día alrededor de unas setenta ciudades en varios países del mundo.
Se formaron redes nacionales oficiales de “Cittaslow” en Italia, Alemania, Gran Bretaña y Noruega, mientras otros países están completando el proceso de auto organización. La intención para todos es la de poner en contacto administradores, ciudadanos y socios de “slow food”, que deseen hacer experiencias en común, que deseen además intercambiar experiencias y conocimientos a través de la red, poniendo la atención sobre la buena comida y pasando de ésta a la calidad de la hospitalidad; de los servicios a la persona, a la defensa y al progreso del medio ambiente; del gusto de poder vivir bien con los medios de transporte de calidad.
Las palabras originales de las “Cittaslow” dicen: “Buscamos ciudades con ciudadanos interesados en los viejos tiempos, ciudades con plazas, teatros, tiendas, cafeterías, hosterías, lugares santos, paisajes virgenes, artesanos fascinantes, donde el hombre reconoce la importancia de la lenta sucesión de las estaciones, con el movimiento del buen producto casero que respeta el gusto y la salud y las tradiciones espontáneas…”.

Lento positivo
“Vivir bien” quiere decir tener a disposición soluciones y servicios que den la posibilidad a los ciudadanos de poder usar y gozar de la propia ciudad simple y fácilmente. “Vivir slow” significa apresurarse lentamente, o como decían los latinos “festina lente”, buscando día tras día “el contratiempo de la modernidad” o sea el máximo de la sabiduría del pasado que se ha elegido, con el máximo del presente y del futuro, bajo forma de oportunidades tecnológicas y soluciones de avanguardia para comunicar, transportar, hospedar, producir, gastar y vender. Vivir hoy en día en una “ciudad slow”, pero también administrarla, es una forma de ser, una característica particular de cómo vivir todos los días de un cierto modo respeto a otro hasta ahora adoptado por la mayoría, una forma más lenta, claro, menos frenética, productiva y rápida, peró sin lugar a dudas más humanizante y ecológicamente correcta, más solidaria con las generaciones presentes y futuras, que respete lo local en un mundo siempre màs global y relacionado. Desde aquí inicia el desafío contemporáneo de las
“Cittaslow” ciudades pequeñas o medianas, por estatuto todas con menos de 50 mil habitantes, que tienen la capacidad de hacer moda y de enseñar a las metrópolis. Sin lugar a dudas son ciudades muy distintas entre ellas, desparramadas por el mundo, ciudades imperfectas, ciudades vivaces, ciudades que, de todos modos, mantienen una característica común: el objetivo de sostén que va a la par con la calidad en todas sus formas, a partir del hombre-ciudadano, un ciudadano de los años dos mil, atento, educado y acogedor.

El Acta Constitutiva
El 15 de Octubre de 1999 Carlo Petrini, fundador y presidente de “slow food”, y los alcaldes de Bra, Greve in Chianti, Positano y Orvieto firmaron el acta constitutivo especificaron claramente que son “ciudades slow” las ciudades en las cuales:
- se actúa una política medio ambiental que tiende a mantener y desarrollar las características del territorio y de la red urbana, dando valor, primero de todo, a las técnicas de recuperación y reutilización.
- se efectúa una política de las infraestructuras que sirvan para valorizar el territorio y no para ocuparlo;
- se promueve el uso de las tecnologías para mejorar la calidad del medio ambiente y de la red urbana;
- se incentiva la producción y el uso de alimentos que se obtuvieron con técnicas naturales y compatibles con el medio ambiente, excluyendo los productos transgénicos, y creando lugares para proteger y desarrollar las producciones típicas en dificultad;
- se protegen las producciones autóctonas que tienen raíces en la cultura y en las tradiciones y que contribuyen a lo típico del territorio, manteniendo los lugares y las formas, promoviendo ocasiones y espacios privilegiados para el contacto directo entre consumidores y productores de calidad;
- se promueve la calidad de la hospitalidad como momento de verdadera relación con la comunidad y con sus características, quitando los obstáculos fìsicos y culturales que pueden comprometer el uso total de los recursos de la ciudad;
- se promueve entre todos los ciudadanos y los operadores, la conciencia de vivir en una “Cittaslow”, con una atención especial al mundo de los jóvenes y de la escuela, mediante la introducción sistemática de la educación al gusto.

Las características excelentes
La riqueza está en lo diferente tanto en biología como en las ciencias sociales y en la mesa. Se sabe que no hay ninguna ciudad igual a la otra, y por lo tanto no todos los requisitos de excelencia de Cittaslow están por fuerza en todas las ciudades. Las certificaciones de las ciudades aspirantes “slow” se efectúan analizando detalladamente 59 puntos que se refieren a seis categorías más grandes:
- la política del medio ambiente
- la política de las infraestructuras
- las tecnologías para la calidad urbana
- la valorización de las producciones autóctonas
- la conciencia de los ciudadanos

Las Cittaslow ofrecen siempre lugares especiales con ocasiones culturales y encuentros sociales ya que para poder mantener los requisitos de calidad se les hacen controles periódicos. Algunos requisitos ya hacen parte de las ciudades, en cambio otros se podrán introducir respetando las distintas realidades territoriales y socio económicas, tomando ejemplo de otras ciudades. Hay que recordar que en las Cittaslow la calidad depende de la ayuda y el interés individual que ofrecen tanto los operadores públicos como privados. Cada ciudadano slow puede participar activamente para poder mejorar su ciudad.

Quiere saber más de las Cittaslow?
www.cittaslow.net

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